martes, 20 de abril de 2010

Paréntesis en mi larga lista de lamentos. Bueno, no:

No puedes contentar a todo el mundo.
Siempre, por más que lo intentes, va a haber cabos sueltos, mil cabos sueltos que, mecidos por el viento, te van a azotar la cara. ¿Quién puede evitarlo? Si alguien puede, no le da la gana hacerlo. ¿Por que hacerlo? Si puede hacer eso es porque tiene poder, y si lo tiene, ¿Que sentido tiene? Supongo que nada tiene sentido. Supongo que por más que te esfuerces en comprenderlo menos vas a entender. Ante todo razonamiento llegas a interrogantes, a puertas cerradas. Y al final, sencillamente, te hartas de llamar a las puertas esperando a que no te abran. Puedes buscar otra, si, pero sólo sera otro trozo de madera con un precioso picaporte dorado que tampoco se abrirá. Es lo maravilloso de la mente humana. Demasiado grande para conformarse con poco, demasiado poco para aspirar a lo grande. Irónico.
El ser humano es una obra maestra de la ironía. Por mas que tenga la mente más brillante de todos los seres sobre la tierra, ¿Que significa eso? ¿Que somos más listos que los chimpancés? Mi más sincera enhorabuena. Es como enorgullecerse de ser el más delgado del equipo de sumo nacional de Japón (¿en algún sitio más hay equipos de sumo? Pues menuda mierda.
Y, teóricamente somos más listos que los animales, y, aunque no quiero entrar en tan ampliamente debatido tema, sólo diré que yo no lo tengo tan claro. Y sólo lo digo porque el ser humano se encamina lentamente hacia la destrucción. Poco a poco hemos construido un mundo que somos incapaces de mantener, y esto no puede ser bueno. En fin, sólo nos queda brindar mientras contemplamos con los ojos cerrados como nos sumergimos en un mar de crudo, como nos perdemos para siempre en el olvido. Y todo para que dentro de millones de años otra especie autoproclamada inteligente encuentre nuestros restos sepultados bajo toneladas de escombros y petróleo seco y nos reconstruyan como ellos consideren, con todos los errores que conlleva. Sería muy irónico, ¿Verdad? Yo apostaría por ello.
Creo que nos estamos perdiendo. Creo que cada vez el término ''humano'' se aplica con demasiada ligereza a cualquiera, y si esto es la humanidad, yo prefiero ser un pingüino. Aunque tampoco me haría gracia ver como mis ''inteligentes'' vecinos están destruyendo mi ecosistema. Pero supongo que me preocuparía más ser devorado por una orca, así que...
En cualquier caso, ser humano da asco. Es una raza hipócrita y mentirosa, incapaz de vivir y dejar vivir. Claro, es normal. Es que eso es un rollo. Mola más destruir a alguien en el camino, y no lo digo en plan sarcástico. Sin conflicto nada tendría emoción. Y sin emoción todo sería demasiado aburrido. Porque un conflicto aporta algo muy importante, para conseguir esa emoción: un objetivo. Tienes que quedar por encima del otro, aplastarle, mirar desde las alturas como muerde el barro. Y cuando lo hagas, busca a otro más alto al que derribar. ¿Otra opción? Abúrrete en el salón de tu casa y escribe un blog o algo.
Personalmente, me gusta más intentar alegrar a la gente. Sé que el mundo es deprimente, sé que yo soy el primero en ser deprimente, y sé que con este blog de mierda no hago nada por evitar parecerlo. Pero siempre hay gestos que, en mayor o menor medida, pueden alegrar o estropearle el día a alguien. Gestos que a mi me da igual hacer, que no me causan molestia. Gestos que puedo convertir en mi objetivo, por ver a la chica mas guapa del mundo esbozar una minisonrisa aunque sea por un segundo. O a cualquier otro. Es egoísta, porque sólo lo hago por sentirme mejor. Pero mi objetivo egoista me parece francamente mejor que llegar a los cielos pisando las cabezas manchadas de barro de mis ''enemigos'' derrotados, compañeros de raza.
Sé que no puedo contentar a todo el mundo. Pero quiero intentarlo.

domingo, 18 de abril de 2010

inthenight.

Supongo que estás buscando un príncipe azul, como todas hacen siempre. Aunque no sea conscientemente. Alguien con quien envejecer, esa persona especial que te sorprenderá todos los días con algo nuevo. Ese tío guapo y listo con el que dar envidia a tus amigas y presentarlo a tus padres, para que se muestren orgullosos de su yerno, de su nuevo hijo. Un príncipe de cabellos suaves y porte elegante, que regale rosas y tenga un caballo... perdón, un coche de lujo. Un tío que haga los días maravillosos. Sería genial. ¿A qué mujer no le gustaría tener uno? ¿A que hombre no le gustaría ser uno?.
A mi me gustaría ser tu príncipe.
Pero no sé. Por favor, no me dejes ser tu príncipe. No soy una persona con la que envejecer, ni siquiera sé si quiero envejecer. Mola más morir joven, por lo menos a mí. No te voy a sorprender cada mañana, a menos que llames sorpresa a que te despierten con una voz melancólica ahogada por el agua de la ducha. Era un sueño precioso, lo reconozco, pero un sueño. Ponte en lo peor, en la pesadilla. Soy una pesadilla. Sería tu peor pesadilla. No soy listo, y si aún lo piensas ve tres líneas más atrás donde digo que quiero morir joven. Soy gilip*****. ¿No lo ves? No soy ese bellezón de anuncio con el que dar envidia a tus amigas. Lo único que podría darles son ganas de vomitar. Si fuera tu príncipe no podrías presentarme a tus padres. No soy el tipo de persona que gustan a los padres de la chica. no tengo caballo... perdón, coche, ni el pelo suave. Las flores se marchitan cuando las toco. Ni siquiera sé vivir de día. No me dejes ser tu príncipe.
Me gusta más vivir de noche. Una eterna sensación de cansancio, que hace que todo carezca de importancia. Una vida en la que el sol mire desde la ventana como duermo a mediodía. En la oscuridad puedes llegar a saber como son las cosas en realidad, con luz todos somos hipócritas y mentirosos. Prefiero mil veces la noche.
Prefiero arrastrarme hasta tu balcón con la única luz de la luna y raptarte, llevarte al fin del mundo, o a donde el día no nos encuentre. ¿Quién necesita ese maldito sol? Prefiero merodear el mundo contigo en brazos, sintiendo sólo el frío de la noche, y el aire que mezca mi enredado cabello. Prefiero recorrer la ciudad desierta en mi viejo coche, mientras tú duermes y tu familia, y tus amigas, y todo el mundo. Prefiero acariciar tu piel con las yemas de los dedos, suave y lentamente, para no despertarte. Recorrer tu cuello con los labios apartándote el pelo poco a poco. Besarte despacio, para que dure, para que parezca eterno. Prefiero eso, hacer tus noches perfectas eternas. Prefiero ser tu vampiro.
Déjame ser tu vampiro.