domingo, 25 de agosto de 2013

Save us all

Ella estaba reventando delante de mí y yo no me estaba dando cuenta. Todo hacía ruido, salpicaba y el corazón me iba a mil. Y estaba oscuro. No recuerdo mucho más, salvo por su respiración. Y la mía. Y el pálpito en la sien retumbando como tambores de uruk hai.

Cuando el mundo explota, lo mejor que puedes hacer es correr. Pero nunca me ha gustado correr. Es cansado, y si realmente es el fin del mundo, tampoco te puedes esconder. Así que, con toda la calma fui andando al centro de la explosión. Quería ver colores, formas poco definidas y cosas de esas que resultan inexplicables, inconexas o simplemente demasiado complicadas como para intentar buscarles un sentido. Quería verlo todo. 

Al final resulta que era yo el que estaba reventando delante de ella. Salí de la cama y me senté, dándole la espalda. Y ella aprovechó para abrazarme de la manera más tierna que jamás alguien me había abrazado y clavarme un cuchillo en el pecho. Es el fin del mundo. Sabíamos que iba a haber sangre. Y no creo que sea algo malo. Los juicios de valor están sobrevalorados.

Me pareció la mejor y más sórdida manera de darle mi corazón.

Y de todos los finales, te quedaste con el mío.


jueves, 3 de enero de 2013

Last stop: This town at nite

Yo llegué como "Ordinary man", the Eels, Hombre lobo, 2009. Tu estabas como "Meet me in the bathroom", the Strokes, Is this it, 2001.
Tú no sabías lo que estaba pasando, entre jadeos y orgasmos, y yo me juraba que quería follarte el resto de mi vida.

domingo, 30 de diciembre de 2012

w.a.w.d.


Me dice que espera que me muera y ahora no puedo dejar de pensar en llevármela a la cama otra vez. Luego empieza a hablar mucho, como si fuera a desaparecer si se callara. No entiendo nada de lo que está diciendo, pero asiento igualemente.
Siento una necesidad repentina de decir algo para demostrar que no soy completamente idiota. Pero ella se me adelanta. Me dice que soy un completo idiota. Intento besarla, y no se aparta. Nos fundimos en un beso frío, sin manos, muy inapetente. De esos que te dejan la misma sensación que lamer un cenicero. No quita el mono, sólo te jode el sabor.
Baja la vista. La imito. Le digo cinco o seis palabras que no hablan de nosotros. No le gustan. Debí haberlas elegido mejor. Pensé que estas historias nunca acaban sin una buena explosión. 
Me levanto, sin decir nada más. Me pregunta que si me voy. Gasolina y un mechero, una bonita cortina de fuego para que se vaya a la mierda. 

Y así es cómo acabo siendo un espectro.
Nunca he sabido cómo hablar con una chica triste sin parecer un capullo.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Self-sacrifice is never enough

Todo es tan simple como el fin del mundo.
Una suave sintonía de piano, y todo empieza. Las cosas van rotando, armoniosamente, hasta que acaban en su sitio. Se acelera el ritmo, la respiración, los latidos. Y ya es imparable. 
Eras la única para mi, todo lo que necesitaba, más allá de mi mera existencia. Podría haber desaparecido por ti. Me pones enfermo. Te adoro. Es todo una locura, una canción compleja, una melodía musicalmente absurda, inexistente, imposible. Las frases unidas carecen de sentido, la armonía se tuerce. 
Se simplifica. 
Es el puente. Ojalá hubiera dejado de existir por ti. Hubiera sido mucho mas simple.
Y, tan rápido como una ráfaga de viento directo a través de tus venas, todo vuelve a girar. Es diferente, pero a la vez es lo mismo. Nada tiene sentido. No sé si lo tuvo en algún momento. Haces que quiera explotar. Pero los sacrificios no te valen.
Siempre fui poco Satanás para que me amaras.
Pero aún puedo destruir el mundo por ti.