lunes, 14 de febrero de 2011

The End.

...si, quiero.

lunes, 7 de febrero de 2011

Shhhhhh!

¿Sabes? me encanta cuando me sonríes porque he dicho alguna estupidez graciosa. De verdad. Y me encanta cuando me miras con cara de "eres tan imbécil que me encantas", o "no se si matarte o asfixiarte entre sábanas y gemidos".
También me gusta cuando alargas las despedidas porque quieres que sea yo el que se despida, y que nunca te gires para ver como te espío cuando te vas.
Conseguiste ver mi corazón y no vomitar. Y eso impresiona. Porque de entre todos los cánceres malignos y de entre todas las revueltas pacíficas que acaban en masacre tuviste la mala suerte de toparte conmigo.
No sé cuanto tiempo me hizo falta para llegar a comprender que cuando todo se iba a la mierda te necesitaba cerca, aunque no dijeras nada, aunque no supieras nada. No sé si lo necesitaba de verdad o sólo me gustaba que me vieras, porque en el fondo, soy imbécil y masoquista. Y puedo pasarme años leyendo todas esas cartas que nunca te mandé y pensando en las que nunca te escribí porque, sencillamente, me encanta vivir anclado al último momento que de verdad disfruté. Así que pasará la vida y seguiré soñando con llevarte a ver el mar.
Y me encantaría poder despertarme dentro de cinco años y ver que las cortinas siguen echadas porque no necesitamos luz del sol. Y desayunar lo que sobró de la cena, y compartir el humo del primer cigarro del día mientras te vistes para bajar a tomar un café.
Sinceramente, me gusta así.

domingo, 6 de febrero de 2011

Trust m*

Hubo un tiempo en el que amarla fue sencillo. En el que cada gota de lluvia nos recordaba algo y en el que las luces de neón se encendían para nosotros. En el que los nenúfares crecían donde nos quisiéramos, porque ¿quién era una puta planta para decirnos nada? El día que le juré amor eterno pensé que ella también lo haría.
Pero de repente el mundo comenzó a explotar, y no volvió a ser el mismo, y aunque ella me mirase con los ojos más tiernos del universo yo, que soy gilipollas, no me lo pude creer.
A pesar de todo, mantengo mi juramento. A pesar de que la lluvia me cause amnesia y los neones no se vuelvan a encender, a pesar de que el mundo explote, de que el césped se muera y de que vomite rabia, sangre y pena... A pesar de mí, que soy gilipollas, a pesar de todo eso y más. Y es que lo tengo tatuado en cada poro que quedó con vida.

Pero nadie que conozca a un mentiroso confía en él. Lógico.

martes, 1 de febrero de 2011

did I just say that out loud?

-Y entonces, ¿Qué coño quieres?.- Me grita entre lágrimas balbuceantes y con una mirada que no se cómo calificar.
"Sólo quiero una bala que me haga palpitar el corazón una vez más, una descarga de veinte mil voltios que me haga abrir los ojos, morderte la lengua y tener una crisis cardiaca diaria. Quiero colocarme con cada aliento que respires, y sobrevivir a tantas sobredosis como sea necesario hasta llegar al orgasmo. Sólo quiero arder con cada acorde y cada nota de la ronca garganta de Waits, calarme en la lluvia una y otra vez hasta oxidarme. Quiero algo que me golpee en la cara con tanta fuerza que me tumbe de verdad, y cuando despierte, verte.
No seas imbécil, por dios."
-Supongo que nada.