jueves, 30 de agosto de 2012

The blue.


Humo en el agua, en el agua estancada del asfalto de la ciudad. La gente bosteza, se levanta para ir a trabajar. El cielo está de un color indescriptible. La gente hace horas que se ha aburrido. Y tu, tu estás en la gloria. 
Te pica la espalda, la sensación de que todo se ha vuelto a acabar y ha vuelto a renacer como cada mañana. Hacerlo rápido, sucio, sangriento y lleno de mentiras, como en los viejos tiempos. La visceralidad de follar ensangrentados. El superhéroe que matamos. Te olvidas de lo que ha pasado, de lo que has perdido. Estás en lo más alto.
El oro que fuimos, cuando te odié y te amé desesperadamente, la vida que no vivimos porque nos acojonaba. En el fondo, era así. Y despertarte un mediodía cualquiera, y, sin mirarte al espejo salir a comer con la misma ropa de ayer.
Y ahora, el sabor a alcohol y putas de la boca no sale ni con más alcohol y putas. Y no te explicas por qué, gilipollas.

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