miércoles, 23 de diciembre de 2009

vía tuenti

Esta mañana me sentí mal. Como siempre, pero peor. No pude evitar sentir que tenía el corazón oprimido y no sabía porqué. Me pasé el día así, un día horrible, por cierto. Y luego llegué a casa y me puse a escribir. Ojo, no a pensar, a escribir. Más bien a escribir sin pensar. Y esto es lo que estoy haciendo, escribir sin pensar. Así que no, no se de qúe puñetas hablar, ni que contaros que no os haya contado ya. Es lo que tiene tocar mil puntos en una entrada, que te quedas sin temas para los demás. Si alguna vez os da por escribir un blog no tratéis todo lo que se os pasa por la cabeza en una sola entrada. Pero claro, como piloto tenia que tener mucha chicha, aunque creo que me he pasado. Lo bueno es que al tratar muchas chorradas no profundizas en ninguna, es el sistema conocido como ''sacar sobresaliente en el intituto". Pues eso, a vomitar información para distrair de que no te has leído una palabra sobre los reyes católicos y mucho menos sobre con quién casaron a sus hijos, siempre con el encomiable fin de ampliar su basto imperio a su muerte (¿!¿!¡?!?). Sí, a su muerte, cuando ya no estuvieran para disfrutarlo, o verlo o lo que leches quisieran hacer con los nuevos territorios a su muerte.
Se está notando demasiado que no sé de que hablar,y me salen temas idiotas. Es lo que pasa cuando la gente divaga. Te puedes tomar un café con un tipo con el que debes tener una charla importantísima, super trascendental, pero si te da coba y empiezas a divagar no se lo vas a plantear aunque os pasarais tres semanas ahí sentados. Y mientras, él bostezando, esperando a que cierres la boca para excusarse y marcharse a hacer lo que haga la demás gente cuando no está delante tuyo. ¿A quién le importa? Es triste, como la gente no habla como debería, como nadie habla como debería. Un "q tl tdo tio?" en tuenti es suficiente para mantener el contacto con una persona, y lo mejor es que no hace falta ni leer la respuesta si no te interesa. Con la pregunta ya estás expresando que te interesas por su vida, por cómo le va y por lo que está haciendo. Aunque sea mentira. Suele ser mentira. Bueno, lo mejor no es eso, lo mejor es que es gratis. No me malinterpretéis, yo también lo hago. Es sólo que es triste.
También es triste que ya sólo valen la pena las cosas en función de lo que cuestan. Envidio un montón a un tío que venía conmigo a clase y que nunca tomaba nada en el recreo ni nada, sólo lo ahorraba. Tomarse una bolsa de patatas para matar el rato mientras charlas de tonterías en el descansillo de la segunda planta era secundario para él. Podía parecer agarrado por no dejarse ni los malditos 20 centimos que valía la maldita bolsa (ahora son 30 centimos, todo va siempre a mejor :)), pero en realidad todo eso lo iba ahorrando. Ni cafés mientras estudiaba en la biblioteca, ni cervezas por la noche con los amigos . O no muchas, al menos. Y a fin de año el capullo se marchó de vacaciones a París, una semana, con lo que había ahorrado. Después a Roma, y por último, ya casi arruinado, creo que a Malta. Al año siguiente Nueva York e Irlanda. No he vuelto ha saber nada de él, pero fijo que el maldito bastardo de él sigue viendo mundo a costa de ser un agarrado. Pero por mucho que despotrique contra él le envidio, de verdad. Nunca aprendí a ahorrar.
Y no sólo es culpa mía, la gente a tu alrededor te incita a gastar, como si no costara. "Quedamos esta tarde y nos tomamos un café", "¿Te hace un cine?", "pillamos pizzas y lo vemos en mi casa"... Ya no se puede hacer nada sin gastar. Me pregunto que haría el pobre diablo ese que iba conmigo a clase durante el resto del año. Debía ser un muerto, porque si no no es normal. Pero veía mundo, por lo menos. Y tenía amigos, con los que se iba. Amigos raritos como él que tampoco salían, y se dedicaban a decirse "q tal todo tio?" por el tuentichat o el messenger.
Odio a la gente que te incita a gastar,como si no tuvieras otra cosa que hacer con tu dinero que malgastarlo en un café con un tipo al que no quieres ni ver y al que apenas conoces. Y que encima se ponga divagar y no sólo te gastas el 1.20 que valga el puñetero café, sino encima te toca aguantarle, y sólo esperas, bostezando, que tenga a bien cerrar la boca para poder excusarte e irte a hacer tus cosas mucho más importantes que lo que él te tenía que contar. Porque teóricamente tenia que contarte algo importante y super trascendental, pero le diste coba y empezó a hablarte sobre los reyes católicos y sobre pingüinos y dejaste de hacerle caso. Y ni piensas en para qué te llamó mientras te levantas fingiendo que te llaman al móvil y sales corriendo como si fuera una emergencia. "Luego en casa le mando un q tal tio? por tuenti y todo arreglado" piensas mientras le dejas con su medio café frío tras una hora sin tocarlo y su depresión y sus ganas de contarte que su novia le ha puesto los cuernos y le ha dejado. Pero claro, empezar a hablarte de eso hubiera sido un poco violento, así que empezó ha hablar de lo que se le pasaba por la cabeza por evadirse de todo y esos caprichos de la gente deprimida.
En fin, puede ahogar sus penas en el medio café frío. Tu a casita sin gastarte un duro más, que hay que ahorrar para irse a París en verano.
Y a todo esto, ¿Que es lo que yo opino de este tema de las relaciones humanas? A quién le importa... y que siga siendo un secreto. Así nunca sabréis cuál de los dos era yo.
Y ahora me voy a recuperar un par de viejas relaciones vía tuenti.

2 comentarios:

  1. Cuanta razon tienes señor Sergio Paulo :)

    Criiis :)

    ResponderEliminar
  2. Hay cosas realmente tristes, estoy de acuerdo.
    Que gastes tu dinero. O tal vez no. Sólo como lo gastes. Porque quizás, aquellos tipos que querían tomar un café contigo, en realidad querían hacerlo. En realidad, les gustaba tu conversación, o tu mirada, o tu sonrisa, o tus ideas, o qué sé yo. Algo de ti.
    Quizá no sabían que en realidad eran una carga, que te cansaban sus palabras. Quizá lo entendieron después. O quizá aún no lo entienden.
    Y sí, tienes razón. Nunca sabremos cual de los dos eras tú. O al menos yo, no lo sabré jamás.

    Remember, at the end of the day, is all about her.

    Unemployed Muse.

    ResponderEliminar