domingo, 21 de noviembre de 2010

Make some noise!

Grita. Levántate y grita, tan fuerte como tus pulmones te permitan, no te preocupes por la niebla que intente estrangularte. Grita y haz que se esfume. Mándala de vuelta a casa, a pudrirse en el cielo con las nubes. Y haz que llueva. Y, luego, grita bajo la lluvia, sintiendo como te salpica la lengua. Grita hasta que las gotitas resbalen por tu tráquea, reseca de tanto gritar.
Grita, hasta reventarte los oídos, hasta desgarrarte la garganta. Grita, por la guerra, por la paz, por el mundo, por la luna, grita por todo lo que se te pasa por la cabeza cuando despiertas y al abrir los ojos te encuentras con la mirada de él/ella. Grita por la muerte, por la sangre, por las nauseas, por las firmas en las paredes del baño. Grita por cada uno de los que dejaste. Por favor, grita, grita, cada vez que pienses que lo estas perdiendo, grita desde el fondo del estómago, siente como sube y acabas vomitándolo en una mezcla brutal, explosiva, más estrepitosa que la risa de Dios y mas llameante que la vitrocerámica de la cocina del infierno.
Grita como si el mañana fuera una secuela del ayer, como si la vida se acabara, como si la hierba fuese verde y las ortigas te hicieran sangrar las manos. Grita como si te estuvieras agarrando a las sábanas, tirando los cubiertos de encima de la mesa, los documentos del escritorio, sacando la vergüenza y arruinándolo todo. Grita, arruinémoslo todo. Grita como las olas, las plantas, las piedras, las ventanas, las gotas de sudor que ya te caen por la frente, las balas, los corazones, las murallas, las manos, los abrazos, las miradas profundas, las bocas cerradas, los labios resecos que buscan otros labios resecos, los corazones, las uñas pintadas... Grita como si fueras capaz de gritar.
Y corre.

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