lunes, 15 de noviembre de 2010

My name is you

¿Qué?
Ahogarse en un mar de sensaciones, despertar tumbado bajo el techo de mi habitación con una sonrisa estúpida en la boca, saltar de la cama, buscar gaviotas en pleno desierto y patos donde sea, vomitar cada noche después de las once, parpadear con miedo, miedo de perderlo todo en un microsegundo. Correr, gritar, morir, cambiar, tartamudear, romper tiras de papel, arrugar el entrecejo, torcer la boca, ganar hablando y perder siempre, buscar, sacar, olvidar, recordar, escribir... escribir mucho, o poco, da igual.
Escuchar que "probablemente te adoraría con tus manos alrededor de mi garganta", que "podrías ser la única a la que amaré toda la vida", negarlo siempre y luego aguantar el dolor de cabeza de la mañana siguiente soñando con la próxima vez, callar, callar callar, callar... Morderme la lengua, morderte la lengua, sudar, salir, acariciarte la nuca, no contemplar el cielo azul y estrellado porque con unos ojos como los tuyos ¿quién coño quiere mirar esa mierda? Escalar por tu espalda a lengüetazos cada noche, susurrar en tu oído lo que se me cruce por la cabeza aunque no tenga sentido, respirar, poco a poco, el olor que dejas en las sábanas cada vez que te despiertas, soñar despierto cosas mejores que las que se pueden soñar dormido.
Olvidar que quizás mañana exista, que puede que amanezca, que... yo me entiendo. Guardar en el cajón de la ropa de invierno tu vestido de noche para que siempre tengas que venir a buscar algo, robarte los pendientes y las miradas que no sabes a dónde dirigir, drenarte, un poco, lentamente, sin prisa, sin pausa, con lengua.
Conocerte un día, de un mes, de un año hace mucho tiempo, cuando el mundo se acabó, y que luego no te vayas nunca, al menos no del todo. Sentirte lejos cuando estás lejos y cerca el resto del tiempo, recrear nuestras conversaciones cambiando los papeles y decirte que siempre te odiare aunque sepa, sepamos, sepa todo el mundo que es mentira, y que jamás lo reconoceré. Reconocerte que era mentira sólo a ti, y beber de nuevo el brillo de esa sonrisa que pones con la mirada que me hace pensar que podría llegar a ser diferente. Permanecer despierto a base de termos de café...
¿Te parece poco?

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