sábado, 28 de mayo de 2011

Dream on

Abrí los ojos.
“Es como si te despiertas un día en tu cama, y no sabes qué has soñado pero te quedan grabadas en la cabeza tres o cuatro imágenes. Y entonces reconstruyes el sueño a partir de eso, y decides si ha sido sueño o pesadilla.
Cuando desperté seis meses después me quedaron dos imágenes horribles, un beso bajo la lluvia, y un suspiro empañado con sudor. Relamí los recuerdos y me los tatué en la espalda, para no olvidarlos y no volverlos a ver. Mordí mis sábanas para arrancar el sueño y llevármelo a cualquier otra cama en la que durmiera. Y después, sonreí y pensé que había sido el mejor sueño de la historia.
Y al día siguiente, volví a verte. Ibas con una camiseta blanca, y yo con la mejor y más gilipollas de mis sonrisas. Haz una foto, dame un beso y vuelve a la cama, leí en tu mirada. Seguramente me equivoqué, pero es lo que hice y me sonreíste, como antes, como en el sueño. Pero ya no es el sueño, ya no es eso.
Ahora es mejor.”
Cuando parpadeé ya se había quedado dormida. Besé su mejilla, le dije que soñara cosas bonitas y me acosté. Y ya no he vuelto a soñar porque, ¿que falta me hace si está ella?

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