sábado, 28 de mayo de 2011

Martha

Trago saliva y marco el número que tiembla garabateado en un papel entre mis dedos:
-¿Hola? ¿Estás ahí? Bueno, ya se que no, que es un contestador de esos de ahora...-Trago saliva, otra vez.- ¿Cómo va todo? Llámame cuando puedas, tengo muchas ganas de hablar contigo. ¿Cuándo fue la última vez? ¿En el dos mil... doce? ¿Cuanto ha pasado? ¿Cuarenta años? ¿Más?- Río con cierta tristeza. Después resoplo un momento.- Me enteré de que te casaste al final, y tuviste un crío. Me lo dijo Douglas Connolly, ¿lo recuerdas? Dios,- digo entre risas- ¡que raro era de joven ese tipo! Y ahora sigue igual, no te creas. Lo volví a ver hace poco paseando por el parque que hay al final de la manzana.
"¡Ah, claro, tu no lo sabes! Mis padres se mudaron a Florida, y me dejaron su casa. Y, claro, vine aquí. Bueno, ahora ya no estan en Florida. Mi padre murió hace ya siete años, y mi madre vive aquí con nosotros... ¿Tu sigues viviendo en Milwaukee? Es lo último que supe, por Doug, creo que ya te lo he dicho. Espero que sí, así podría ir a verte un día de estos, con mi mujer.
"¿Sabías que me casé? Con una chica que conocí al mudarme a Chicago. Tengo dos chavales, pero ya están casados y ni se preocupan de venir a ver a su viejo- Me río una vez más.- El mayor y su mujer me recuerdan a nosotros. ¿Te acuerdas de lo del columpio?- Me río tanto con esto que se me escapa una lágrima y dejo de hablar unos segundos.- Pero ellos siguieron adelante. Ahora tienen un crío, Rob, se llama. Nació hace un par de meses, en enero. Una ricura de chaval. ¡Y mi primer nieto!
"¿Recuerdas la receta de la carne aquella que hacía mi madre? ¡Pues al final aprendí a hacerla!
-¿Hola?
-¿Hola?
-¿Quien es usted?
-¿Es usted familiar de Alison?
- Si, soy su hija.
- Ah, ¡tuvo una hija! - se me marca la alegría en la cara.- Espero que hayas heredado su sonrisa. ¿Y está ella por ahí?
- Eh... no. Has esperado demasiado, Adam. Ha muerto.
-¿Cómo?¿Le he dicho mi nombre?¿Alison no está ahí?
- No.
-Espera... Yo no he vivido nunca en Chicago. Ni en Estados Unidos.
-Eso no lo he dicho yo. Estás tan viejo que has perdido la memoria, Adam. Muérete.
-...-Me concentro en respirar. Los ojos se me cierran.
-Lo siento Adam. Esperaste demasiado.


Me despierto raro, revuelto.
Cuando miro el reloj son las ocho y cuarto. Creo que he dormido, pero no porque haya descansado, sino porque tengo la vaga sensación de haber soñado con algo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario